jueves, noviembre 1

Furias


I
He ahí que es mi furia incontenible
me rebasa,
furia que se hace lágrimas
─sin término─
amaneceres que me alcanzan
después del nocaut del llanto.

II
Será que no entiendes
que estás negado a toda lógica,
a todo ápice de consideración.
¿Qué busca la burla en tus adentros?
¿Para qué envanecerse con el dolor ajeno?

III
Caerse
─a pedazos por dentro─,
migar el alma en el silencio
erosionarse;
evacuar el espíritu
que se ha vuelto inhabitable.

IV
La conciencia
no se salva
de la furia que no para:
he de arrasarte,
de ahogarte
en marejadas de llanto.

V
La crueldad
se guarda para los enemigos,
para la batalla en el frente,
se reserva para la justicia
de propia mano─,
pero nunca se esgrime 
con quien ha consolado el llanto.

VI
Lealtad:
eso que debió librarnos de la mentira,
del llanto,
de la miseria de saberse desmembrado,
vendido en partes,
traicionado.  
VII
A la usanza Vikinga:
saqueas y te largas,
incendias el alma,
para dejarla convulsionando
entre cenizas.
Secuestras.
Matas.

VIII
Bienaventurados aquellos que han burlado
la fe y el dolor de otros,
de ellos será la certeza venidera
de que la justicia existe.

IX
La furia es el lenguaje
que clama una réplica
a mis porqués.

X
Soy Ariadna
perdida en su laberinto,
la que busca por salida una respuesta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que construcción! tan violenta como la caída libre, j´aime ca!
La brutalidad del último asalto, adoro este poema porque es una flecha bien dirigida. Me gustaría construir algo a partir de estos versos. Felicitaciones Lic. (OSC)