martes, noviembre 5

Infancia











Crecí con el miedo de los noventas
y las historias del chupacabras.
Vi llorar a mi padre por la devaluación
y mamá prefirió no explicarme qué cosa era un zapatista.
Oí que mataron a un tipo que sería  presidente,
supe de La Paca,
y de una huelga que se hizo famosa.

A mí me gustaba jugar en los columpios
o nadar en el río cuando hacía calor.


[A veces la infancia también en eso que no se entiende].


























Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo, lo esconde todo.
Carlos Varela.
También esta selva es un desierto.
También el agua dulce deshidrata, seca.
¿Qué será de nosotros en este hábitat camaleónico?
Quizá esta voz tan sólo sea un silencio…

miércoles, octubre 30

Escondites











a G. J y A. R

Me descubro como un texto
que se completa con el lenguaje del otro,
de los otros, de los muchos.
Nos quedamos a solas pero en compañía
como queriendo habitar más escondites.
Me descubro sonriendo en los ojos de mis otros,
y me emociono

          y lloro sin lágrimas. 

miércoles, octubre 16

Exilios











Exiliar la vida de nosotros,
dejar atrás el llanto
cualquier dolencia,
los diluvios,
la falta de argumentos para la supervivencia;
o la cotidianidad del hastío,
—porque en este país todo el mundo está enfermo de hastío o tedio—.
Marchar más allá de lo establecido, de lo permitido
de lo socialmente aceptado y
 huir;
porque en el fondo se tiene la teoría,
la débil esperanza,
de que todo escape calmará los sufrimientos.

Huir, de ser posible,
de uno mismo,
de la sonoridad del nombre
y la persistencia de escucharlo
—en voz de cualquiera,
o de todo el mundo—.
¿O será un destierro lo que necesitamos?
Exiliar al destino de cada uno:
mandarlo al coño.
Escupirlo.
Negarle la barbarie de ser ineludible,
—inalterable—.
Tomar la vida y mudarla de sitio.
Armar la rebelión interna
para derrocar las circunstancias.

Habitar lo prohibido,
o hasta quizá lo imposible.
Caminar descalzos.
Beber poca agua
y andar de la mano con el hambre,
con indiferencia ante el contenido material
de esta vida,
para demostrar [nos]
que vivir es gratis
y respirar no cuesta
cuando se deja atrás

cualquier indicio del futuro.

miércoles, octubre 9

De tarde vienes











Te desplomas ante mí
arropado por tu profundo silencio
han pasado tan sólo dos mil trescientos setenta días
y seguimos teniendo frío
¿por qué debemos desnudarnos para probar el llanto?

Y me marcho del nosotros
porque tú eres retorno

y otra vez volveremos.

lunes, octubre 7













A Ilich

Ella me pregunta si la amo.
La miro evocando todos sus gestos
—desde el primero—
y todos nuestros días.
Te amo para siempre, le digo.
Y por primera vez no tengo miedo,

ni frío, ni dudas. 


A Daniela García


Desde su tiempo soy ya una mujer de treinta.
Desde mi espacio aún tengo veintitantos…
y aquella mujer del futuro manda soplos de vida
a este mi presente que fue ya su pasado.


sábado, septiembre 21

Otra vez tú












Otra vez tú
y tus apariciones lejanas.
De nueva cuenta el insomnio,
los nervios,
la voz que te acompaña.
Otra vez tú y mi miedo a pronunciarte,
a jugar con tu recuerdo y pretender que te toco cuando me da la gana.
Otra vez tú.
Tú y la confusión.
Tú y el viaje.
Tú y la lluvia tibia.
Tú y mi mar
                      y mi furia
                                         y el olvido.
Tú y la indiferencia. Tú y el silencio.
Tú y la tinta derramada por todo mi cuerpo que siempre me recordará tu piel.
Ay, tú y todas mis yo.

Tú y mi nombre que muere de a poco y de distancia.

viernes, septiembre 20

miércoles, septiembre 18

Mutilaciones III












El cuerpo me reclama tanto llanto
ya no siente como antes,
evita las emociones,
ni siquiera el libido se muestra interesado.
Las lágrimas se agotaron de andar mi ánimo.
Y se marcharon.
Ya no queda nada que pueda derramar,

salvo mi sangre.

lunes, septiembre 16

Mutilaciones II












Dejo de reconocer tu silueta
—acaso tu sonrisa—.
Dejo de permanecer en silencio
ante el ataque de todos tus fantasmas.
Me sé rota para siempre,
y al mismo tiempo
con piezas añadidas
—algunas veces—
halladas durante la reconstrucción de mi holocausto.
Sé que maté algo,
que me arranqué un trozo,
que quedé incompleta,
pero al final de todo
tengo claro que sobreviví

a nuestro amor y a tu destierro.

sábado, septiembre 14

Mutilaciones I
















Mi nombre:
sustantivo femenino
que intento tantas veces
cambiar por uno indeterminado
                                   —andrógino—
                                               que despiste al enemigo.
Mi rostro:
una situación incómoda
                        que clama justicia
                                   sin caer en feminismos de ultranza.
La mirada:
una eterna interrogante
                                   que cuestiona
                                               [hacia dentro y para afuera]
                                                           la existencia de equidades.
Mi cabello:
que cae al suelo derrotado
            cuando protesto contra toda lógica y genética,
                                   por esta condición de género,
                                               y mutilo el atributo típico
                                                           que cuelga por mi espalda.

jueves, septiembre 12

Urticaria











Traigo mis recuerdos en la piel
—escritos con tinta—
Echaron raíces de por vida
o hasta que los ingieran los gusanos…
pero antes que eso,
mi memoria los aviva,
atiza la brasa que me late por todo el cuerpo
y los recuerdos inflaman cada rincón que habitan.
Y te pienso:
mientras atiendo esta urticaria
y la lluvia me recuerda viejos tiempos.

viernes, julio 12

Deseo bíblico















Hubiera querido encontrar en tu abrazo
la sonoridad de mi alma
pero eres címbalo que retiñe

y yo, no soy nada. 

martes, julio 9

Hubiera















Hubiera querido morir un poco
o quizá matarlo a él.
Hubiera preferido olvidarlo
o quizá lavar su recuerdo en el río.
Hubiera sido mejor no tocar su piel reptilia
o quizá arrancársela a punta de llantos.
Hubiera hecho todo para provocar uno de sus suspiros
o quizá cortado de tajo su voz, su misterio.
Hubiera deseado no amarlo
o quizá…
                        …
                                   …
                                                …
                                                           …


sábado, julio 6

Mutilaciones VI















Niegas tu belleza,
por una razón inagotable,
más allá del entendimiento o la voluntad,
es la manera más corriente de evadir la mirada del reflejo,
de contener la rabia
y los porqués de una soledad inalienable:
Si bajas la guardia
–te lo dicta la experiencia–
podrías quebrarte en medio de incógnitas sin resolutiva,
entre anhelos que ignoras si son realmente tuyos.

Sobrevives así con la explicación elaborada de tu falta de belleza.