lunes, abril 29

Después













Después de la memoria
viene la calma
o, por lo  menos,
la simulación de calma
que deja el cansancio de tanto recordar
de llorar con intermitencias prolongadas
combinadas con violentos espasmos.
Entonces, esa calma se parece a la gloria.
Se agradece sinceramente
porque el llanto deshidrata y provoca jaquecas;
pero la memoria es persistente, necia
y pasa sobre las heridas su aliento.
atiza el dolor y quema…
por eso, creo firmemente
Habrá que vivir con la memoria,
a pesar de ella
y sin pelear con ella. 

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