miércoles, mayo 29

Textorias

 

Con los años he descubierto
que soy un personaje  
–y lo peor–
uno inverosímil
porque su propia escritura se hace premonición
y          –de manera inexplicable–
cada letra, verso, aforismo o cuento…
se ha tornado en realidad.
Y continúo reconociendo
en este escenario sui géneris
paredes, techos,
música, ambientes, paisajes
llanto mío de cada día,
que antes fueron simples textos.

martes, mayo 28

Arena














Hablar de una existencia desértica
–estéril–
donde sigue transitando el fantasma de algún amante,
es hablar de la soledad que no se quita nunca,
del insomnio recurrente,
quizá de algún llanto provocado,
de caricias caducas,
es  –inevitablemente–  mencionar
que jamás fui mar para ninguna costa,
que no soy más que arena
tal vez movediza. 

lunes, mayo 27

Tango













Escucho el mismo tango
una y otra vez
hundida en la búsqueda del acorde extraviado
quizá para evadir el momento del día
tal vez para no pensar …

Strangers












Hablemos del llanto
del dolor y del olvido.
Bebamos una copa
[sí, sólo una]
para no ponernos cursis
[mucho menos hipócritas]
Evitemos la estupidez innecesaria
de recurrir a los lugares comunes
[por favor no me preguntes “¿cómo estás o cómo te ha ido?”
porque ambos tenemos claro que no te importa]
Imagina que soy una extraña
que traba conversación con un extraño
en un sitio desconocido
donde jamás volverán a coincidir.

Acomódate, no estés tenso.
Prometo no mencionar cosas del pasado
[del abrupto pasado compartido].
Hablemos sobre el clima
[para distraer mi fúrica memoria]
quizá de política;
de la vida decadente de nuestra América
para adentrarnos en la penuria colectiva
y renunciar, aunque sea por un rato,
a la desdicha propia.
Arropemos el ideal trillado
de un  mundo democrático
con regímenes del pueblo y para el pueblo…
Y después, al término de esa única copa,
hagamos como que esta “casualidad”
fue mera coincidencia,
no el producto de una nostalgia idiota
que nos regresa a ese sitio tan nuestro,
ahora,
en un momento cuya temporalidad
                        ya no nos pertenece. 

miércoles, mayo 22

Ubicuidades
















En mis pupilas
tu sexo
bajo mis ojos
los años
en mi memoria la furia contenida
el grito.
Bajo mis plantas
el suelo de una realidad que me es ajena
-incómoda-
en esta piel
la ausencia
-la soledad permanente-
[Escribes una nota con mi nombre
y la escondes en tu chaqueta]
en mis labios
la curiosidad de leerme en un trozo de papel.

miércoles, mayo 8

Rojo













La suerte, el azar
invariablemente son de color rojo.
Deben ser color rojo.
No puede ser de otra manera.
Su fuerza,
su poder,
la sorpresa,
la calidad de evento fortuito que acompaña a los hechos azarosos
simplemente son rojos.
¿Qué otro color podría representar la pasión de un ludópata,
el frenesí de quien arriesga la vida en la ruleta rusa,
la energía desprendida por quien espera un vuelco de fortuna
y apuesta en ello hasta su existencia?  
He ahí, quien sea que lea,
que la suerte, el azar,
deben, forzosamente, ser rojos. 

Lectura












Leer el diario es malo para la salud
Pienso…
[quizá inspirada por mi estado anímico posterior a la lectura]
y cierro el periódico para contemplar la vida desde la ventana.

martes, mayo 7

Afrodisíaco prosódico












Debemos aprender a llamarnos por el nombre
a enunciarnos como si fuésemos un conjuro milenario
o la piedra filosofal hecha cantata.
Evitar epítetos nada originales
[que son más bien benevolentes].
Debemos decir “Fulano” o “Sutano”
con la fuerza sonora vibrante que lo acompaña.
Así, “Fulano” resonará en el viento hasta
que el último vibrato desaparezca.
El “mi amor” no será más nunca necesario.
“Mengano”, para llamar al gozo, al mismo acto primigenio,
al génesis,                al orgasmo.
“Perengano” hasta terminar el aliento,
“Sutano”, mientras se unen los sexos
y el temblor placentero trepa por la espalda:
El nombre como afrodisíaco prosódico…
natural,
lingüístico,
fonético,
como reafirmación del que habita humedades
que provoca marejadas.
“Merengano” como activador erótico…
Debemos gozarnos desde ahí,
desde el vocablo primero que nos hace reaccionar entre multitudes.

lunes, mayo 6

Amazona


No me falta la palabra para asirla
darle de jalones: penetrarla;
tampoco el carácter para tomar, si me apetece, al destino
y mandarlo a otra parte a comer mierda.
Tengo la voz sonora para hacer eco
y que el mundo entero sepa el significado de mi nombre.
Tengo mi locura
y piernas fuertes
pero no poseo –y quizá nunca lo haga-
el encanto de las hadas,
la ternura de las musas
¿Será que un Aquiles ame sin dar muerte a esta Amazona?
No me faltan las dudas
[todo lo contrario]
pero sé que llegarán
-a su paso-
una a una las respuestas. 

Autoexilio














La ciudad se ha vuelto un caramelo rancio
que se ambiciona para luego escupirlo
y extrañar el aire trémulo de la provincia
la lentitud de su tiempo.

La ciudad se me ha vuelto una trampa pegajosa
que aferra mis plantas a su suelo pantanoso
-que se hunde a razón de 3 cm al año-
y me impide volver hasta la playa...
¿Qué hacer allá, entre las olas, con mis letras?
¿Qué allá, donde se otorgan premios por matar periodistas?
¿Qué en aquel sitio, donde la fortuna toca dos veces a la puerta
y entrega premios de lotería a los gobernantes?
A qué volver si hasta mis muertos han migrado a esta ciudad
preferible pudriese aquí, -vivos o extintos-
que salvar la vida a diario
allá,
en aquel camino del golfo que se ha hecho cartel.

Acá tan sólo se aplasta la vida en cada viaje en metro
pero se respira algo muy parecido al libre albedrío...
o quizá se masculla tan sólo un placebo de vida.

Y ahora me pregunto qué habrá sido primero:
El viento o las alas de los cuervos...
el aire o la capacidad de respirar, de respirarnos,
el destierro o la necesidad de autoexilio.

jueves, mayo 2

Tantos
















Somos tantos
[y todos al mismo tiempo]
en esta década, en este año
en este mes, en este día
a esta hora con prisa
en este paisaje saturado,
contrastante.
Existimos a la vez
[uno, dos, miles, millones]
y desgastamos la realidad
a fuerza de explorarla frenética, desmesuradamente.
Ninguno dispuesto a dejar de existir
[a castrarse y renunciar a su derecho de prole]
empecinados en formar linajes
acaso interminables.
Fértiles al mismo tiempo,
en celo al unísono.
Somos tantos
todos al mismo tiempo
saliendo de casa en las mañanas
para regresar –todos- al atardecer
que parece que el asfalto
vomita personas
y las personas vomitan gentes
y las gentes vomitan millones de habitantes
y los escupen
para salpicar la ciudad por todas partes.
Somos muchos…
y temo que un día
-cualquiera-
debamos morir de pie
por falta de aire
o secarnos al sol
por no hallar ni un trozo de tierra que nos tape.


miércoles, mayo 1

Estratagema

















A veces siento mi vida tan liviana
-casi bella-
mi paso tan firme,
[como si supiera con certeza mi camino]
que una sensación de miedo me atosiga…
y pienso que esta realidad no es mía
que la he tomado equivocadamente
que me será reclamada
o se trata de un mal chiste
tal vez, una estratagema de mis karmas
para que baje la guardia
y hacerme creer que ya he pagado todo
¿Será cierta esta emboscada o tan sólo una paranoia desquiciante de mi fe amoratada?