Linaje
En su cuerpo estuvieron contenidos los nuestros.
Nacimos, nosotras, el día de su primer aliento.
Ella fue habitación hasta que tuvimos –cada una– su propia hechura;
habitantes –todas– de la profundidad de su sexo.
Nuestra infancia permeada por su voz, su costumbre y su
huella en la consciencia.
Mi carne
–la
memoria–
narrada
ahora por la perpetuidad de su silencio.
[Abuela
murió en una sucia cama de hospital sin que ninguna de nosotras quisiera
evitarlo; sí, se desea la muerte cuando el cuerpo ya no puede andar, cuando el
dolor es crónico y muy fuerte. Abuela murió envuelta en su culpa y
remordimientos. Abuela murió en brazos de mi hermana. De tantos hijos ninguno
tuvo tiempo de hacerse presente. Abuela murió y me exigieron reconocer su
cuerpo; luego me entregaron su cadáver. Elegí la funeraria y velé sus restos en
medio de mi llanto. Abuela murió y nosotras entendimos muchas cosas.]
1 comentario:
EL texto de Abuela murió tiene algo de raíz y de profundidad que a todos nos pega. La muerte nos remite al cuerpo y a la fragilidad de éste. A veces no soportamos su finitud, otras no soportamos la infinitud de la presencia.
Publicar un comentario