martes, julio 31

Instrucciones

























En los hospitales  siempre dan instrucciones:
“Quítese la ropa,
póngase una bata”
Las batas se sienten calientes en el cuerpo.
¿Así se habrán sentido las ropas desusadas de Auschwitz?
Bochornos acentuados por franelas calientes.
Suspenso:
esperar en una sala
–medianamente aséptica–
a que alguien con pijama quirúrgica
diga tu nombre;
miedo que a estas alturas se disuelve;
tan sólo queda el frío de las manos,
un poco de sudor
y algo que
–extrañamente–
parece resignación.
Taquicardia
–de vuelta–
a las 5 de la tarde.

Un monstruo mecánico que me atrapa entre sus fauces:
hurga en el espacio de mi mente
en estos pechos que un día fueron alimento
y hoy
–tan sólo–
indigestión.
[julio 6, 17:20] 

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